Una nueva estirpe barcelonesa de fanáticos de los libros demuestra que no se necesita ni una mesa para administrar exitosamente una editorial independiente.
"Si, tal como rezaba un célebre grupo de Facebook, en Madrid escupes por la ventana y le das a un estilista, muchos aseguran que en Barcelona ese lardo le caería a un editor. La ciudad que vio triunfar a santidades de la profesión como Herralde o Tusquets vuelve a ser el punto cero de un fenómeno editorial, el de los nuevos sellos independientes españoles, que traspasa las fronteras autonómicas (con casos modélicos como el de las madrileñas Impedimenta y Nórdica Libros o la cacereña Periférica)..."
(El País, EP3, 16 abril)