“Una postal de 1939, una perla de Periférica” (Blog La librería de Javier, 17 junio)
"La imagen de cubierta es falsamente hermosa. Aunque la chica sea bonita, y el escaparate primoroso y evocador, el cartel es indigno: «Este negocio es ario», dice. O lo que es lo mismo: «No somos judíos, que quede bien claro». Marcella Olschki, sin embargo, sí era judía. O, al menos, hija de padre judío. Un hombre bueno, según nos cuenta ella misma en esta novela, separado del mundo por la doctrina racista del régimen de Mussolini".