Perdonar al padre (El Mundo, 29 marzo)
"En mi familia, el problema con el alcohol es algo genético. Como para otro pueden serlo un par de ojos marrones. No había forma de escapar de ello. Cualquiera puede tomar un vaso de vino y sentirse bien. Pero para él es sólo un vaso de vino. Para mí es una experiencia espiritual. Me cambiaba. Cuando bebía no existía el pasado, no tenía por qué juzgarme, todo iba de maravilla", se explica.
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