¿Vale la pena?, se pregunta la editora (Irina Salabert, editora de Nocturna)
"Si es viernes por la noche, no es inusual que te quedes en tu casa corrigiendo galeradas (lo que puede conllevar eternos debates mentales sobre la conveniencia de una coma). Si, por el contrario, estás durmiendo, tampoco es inconcebible tener pesadillas con erratas"