Luna de sangre en Voramar (Renacimiento) The Cult.
LUNA DE SANGRE EN VORAMAR
RODRIGUEZ DEL CORRAL,JOSE LUIS
Editorial RENACIMIENTO EDITORIAL
Coleccion: LOS CUATRO VIENTOS
ISBN 978-84-16685-57-8
EAN 978841668557
Escrita con sabiduría y fluidez, confirma el talento de su autor a la hora de construir personalidades densas, repletas de matices, tan coloridas y contradictorias como la propia existencia.
"La luna está más alta ‒nos dice el personaje que justifica el título de la novela‒ y me mira indiferente envuelta en un cerco de nubes rojizas. Abro el maletero. La cabeza del tipejo está vuelta hacia a mí aunque él está de espaldas, doblado. Tiene un ojo estrellado como un huevo y le baja por la oreja un grueso hilo de sangre seca. Es siniestro. El miedo me encoge el estómago y tengo que darme la vuelta".
Nosotros, los lectores, sabemos quién es el muerto. De hecho, en el primer capítulo, el difunto reparte las cartas del relato con deliberada intención, consciente de que ya es un espectro.
Su nombre es Martín. Ejercía de abogado, aunque se va de este mundo sin servir a una buena causa. Se dedicaba a lavar dinero negro y a recibir droga como premio a sus servicios. Su voz se oye con ese interés que siempre despierta quien ha cruzado al otro lado.
"La luna está más alta ‒nos dice el personaje que justifica el título de la novela‒ y me mira indiferente envuelta en un cerco de nubes rojizas. Abro el maletero. La cabeza del tipejo está vuelta hacia a mí aunque él está de espaldas, doblado. Tiene un ojo estrellado como un huevo y le baja por la oreja un grueso hilo de sangre seca. Es siniestro. El miedo me encoge el estómago y tengo que darme la vuelta".
Nosotros, los lectores, sabemos quién es el muerto. De hecho, en el primer capítulo, el difunto reparte las cartas del relato con deliberada intención, consciente de que ya es un espectro.
Su nombre es Martín. Ejercía de abogado, aunque se va de este mundo sin servir a una buena causa. Se dedicaba a lavar dinero negro y a recibir droga como premio a sus servicios. Su voz se oye con ese interés que siempre despierta quien ha cruzado al otro lado.
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