“Andrés Sorel atrapa el lado más sórdido de la Guerra de Cuba en Las guerras de Artemisa” (Diario Directo, 14 octubre)
"La obra, ambientada en 1896 en Artemisa, capital de la trocha y de la guarnición militar de Pinar del Río, muestra, ante todo, la capacidad humana para resistir ante el horror".