La Guerra Civil como moda literaria (Clave Intelectual) El ideal- 26-04-2015
GUERRA CIVIL COMO MODA LITERARIA,LA
BECERRA MAYOR,DAVID
Editorial CLAVE INTELECTUAL
Coleccion: ENSAYO SOCIAL
ISBN 978-84-942073-9-6
EAN 978849420739
ABRIL, LA MEMORIA Y LOS LIBROS
El mes de Abril está unido, desde hace casi un siglo, a la conmemoración del Día del Libro y, cada vez más, se tiñe de rojo, amarrillo y morado para conmemorar el Catorce de Abril, que fue un grito de libertad y una esperanza de paz, de fraternidad, de igualdad y de derechos para los trabajadores, para las mujeres y para los jóvenes que se sentían protagonistas del futuro. Recordamos la Segunda República y reivindicamos la Tercera, una República de libros con el Quijote proclamando la libertad como el más preciado de los dones, García Lorca equiparando pan y libros y Antonio Machado celebrando la primavera republicana
Porque el saber nos hace libres, la Constitución de mil novecientos treinta y uno garantizaba, en el artículo cuarenta y ocho, la Educación primaria gratuita y obligatoria, la libertad de cátedra, el laicismo y el acceso a todos los grados de enseñanza sin discriminación económica ni social. El proyecto educativo de la Segunda República es su mejor carta de presentación: en un país donde más del setenta por ciento de las personas eran analfabetas, el Estado tenía que asumir un papel educador y así lo hizo, con la creación de escuelas y también con las Misiones Pedagógicas que llevaban bibliotecas ambulantes, teatro y música, a cualquier rincón de España.
Ochenta y cuatro años después de la proclamación de la Segunda República, el Estado ha hecho dejación de su función educadora y, si bien la actual Constitución Española reconoce el derecho a la Educación, los proyectos educativos -y constantemente reformados- están inspirados y presididos por los intereses del mercado y la cultura se ha convertido en un espectáculo y en un bien de consumo. Por eso, es tan esperanzador encontrar libros que expliquen lo que está ocurriendo en este país y que lo expliquen de una forma tan lúcida y brillante como el libro de David Becerra Mayor titulado La guerra civil como moda literaria, un ensayo riguroso sobre un número importante de novelas publicadas en España entre los años mil novecientos ochenta y nueve y dos mil once. Evidentemente, la primera fecha no es gratuita, pues se trata del año de la caída del Muro de Berlín a lo que siguió la reunificación de Alemania, la desmembración de la URSS, la guerra en Yugoslavia, la guerra del Golfo... y la irrupción de Estados Unidos como garante del orden y la seguridad internacionales. En España, el gobierno del cambio abraza las tesis neoliberales a principios de los ochenta, se proclama el pensamiento único y el fin de la Historia y ese discurso, según demuestra David Becerra, lo interiorizan nuestros novelistas que empiezan a omitir lo político y lo social de sus novelas y hacen que la Literatura funcione como un operador privilegiado de legitimación y reproducción de la ideología dominante. Así ocurre en las novelas sobre la Guerra Civil Española, convertida en el escenario de unos hechos de los que a veces no hay ni siquiera memoria sino recuerdos fragmentados o interpretados que sólo sirven de marco de una trama narrativa. Son textos en los que el pasado histórico se despolitiza; no hay tensiones políticas y sociales, sino una lectura de los conflictos en clave individual, sicológica o moral y así, lo que podría considerarse como una prueba de que la sociedad quiere conocer su Historia reciente es, en realidad salvo alguna excepción- un intento de ocultar y de silenciar lo que verdaderamente fue la Guerra Civil y que, como señala Isaac Rosa en el prólogo del libro, sólo se puede entender en claves políticas -fascismo contra república-, ideológicas -reacción contra revolución- y de clase. El libro de David Becerra es una crítica revolucionaria que denuncia la liquidación de la historicidad y reivindica la capacidad de transformar el presente volviendo a la memoria; un libro imprescindible para profundizar en el pensamiento postmoderno que, con toda su carga de individualismo, fragmentación de la realidad, pensamiento débil y consenso blando, constituye la expresión ideológica del capitalismo avanzado. Un libro perfecto para leer en este mes de Abril y al que volveremos, sin duda, muchas veces.
El mes de Abril está unido, desde hace casi un siglo, a la conmemoración del Día del Libro y, cada vez más, se tiñe de rojo, amarrillo y morado para conmemorar el Catorce de Abril, que fue un grito de libertad y una esperanza de paz, de fraternidad, de igualdad y de derechos para los trabajadores, para las mujeres y para los jóvenes que se sentían protagonistas del futuro. Recordamos la Segunda República y reivindicamos la Tercera, una República de libros con el Quijote proclamando la libertad como el más preciado de los dones, García Lorca equiparando pan y libros y Antonio Machado celebrando la primavera republicana
Porque el saber nos hace libres, la Constitución de mil novecientos treinta y uno garantizaba, en el artículo cuarenta y ocho, la Educación primaria gratuita y obligatoria, la libertad de cátedra, el laicismo y el acceso a todos los grados de enseñanza sin discriminación económica ni social. El proyecto educativo de la Segunda República es su mejor carta de presentación: en un país donde más del setenta por ciento de las personas eran analfabetas, el Estado tenía que asumir un papel educador y así lo hizo, con la creación de escuelas y también con las Misiones Pedagógicas que llevaban bibliotecas ambulantes, teatro y música, a cualquier rincón de España.
Ochenta y cuatro años después de la proclamación de la Segunda República, el Estado ha hecho dejación de su función educadora y, si bien la actual Constitución Española reconoce el derecho a la Educación, los proyectos educativos -y constantemente reformados- están inspirados y presididos por los intereses del mercado y la cultura se ha convertido en un espectáculo y en un bien de consumo. Por eso, es tan esperanzador encontrar libros que expliquen lo que está ocurriendo en este país y que lo expliquen de una forma tan lúcida y brillante como el libro de David Becerra Mayor titulado La guerra civil como moda literaria, un ensayo riguroso sobre un número importante de novelas publicadas en España entre los años mil novecientos ochenta y nueve y dos mil once. Evidentemente, la primera fecha no es gratuita, pues se trata del año de la caída del Muro de Berlín a lo que siguió la reunificación de Alemania, la desmembración de la URSS, la guerra en Yugoslavia, la guerra del Golfo... y la irrupción de Estados Unidos como garante del orden y la seguridad internacionales. En España, el gobierno del cambio abraza las tesis neoliberales a principios de los ochenta, se proclama el pensamiento único y el fin de la Historia y ese discurso, según demuestra David Becerra, lo interiorizan nuestros novelistas que empiezan a omitir lo político y lo social de sus novelas y hacen que la Literatura funcione como un operador privilegiado de legitimación y reproducción de la ideología dominante. Así ocurre en las novelas sobre la Guerra Civil Española, convertida en el escenario de unos hechos de los que a veces no hay ni siquiera memoria sino recuerdos fragmentados o interpretados que sólo sirven de marco de una trama narrativa. Son textos en los que el pasado histórico se despolitiza; no hay tensiones políticas y sociales, sino una lectura de los conflictos en clave individual, sicológica o moral y así, lo que podría considerarse como una prueba de que la sociedad quiere conocer su Historia reciente es, en realidad salvo alguna excepción- un intento de ocultar y de silenciar lo que verdaderamente fue la Guerra Civil y que, como señala Isaac Rosa en el prólogo del libro, sólo se puede entender en claves políticas -fascismo contra república-, ideológicas -reacción contra revolución- y de clase. El libro de David Becerra es una crítica revolucionaria que denuncia la liquidación de la historicidad y reivindica la capacidad de transformar el presente volviendo a la memoria; un libro imprescindible para profundizar en el pensamiento postmoderno que, con toda su carga de individualismo, fragmentación de la realidad, pensamiento débil y consenso blando, constituye la expresión ideológica del capitalismo avanzado. Un libro perfecto para leer en este mes de Abril y al que volveremos, sin duda, muchas veces.